viernes, 20 de noviembre de 2015

Vigilancia y ContraVigilancia

Vigilancia y ContraVigilancia

la seguridad de uno mismo es tener la seguridad que no te vigilan.


 


La contra-vigilancia puede ayudarte a determinar si estás sometido a vigilancia. Es difícil descubrir si tus sistemas de comunicación han sido interceptados, y por esta razón deberías presumir siempre que sí lo están . Sin embargo, es posible determinar si alguien vigila tus oficinas y tus movimientos.
¿Quién podría estar vigilándote? Personas que suelen estar ubicadas en tu zona, como conserjes o porteros de edificios, vendedores que trabajan cerca de la entrada del edificio, gente en vehículos cercanos, visitas, etc., podrían estar vigilando tus movimientos. Hay personas que espían por dinero, o porque les presionan para que lo hagan; por sus inclinaciones, o debido a la combinación de estos factores. Los responsables de la vigilancia pueden también colocar colaboradores o miembros de su organización en tu zona.
También puedes ser vigilado desde una cierta distancia. Normalmente son miembros de una organización que suelen practicar la táctica de intentar vigilar sin ser vistos. Esto requiere mantener una cierta distancia, alternarse con otras personas por turnos y observarte desde diferentes lugares, utilizando diferentes vehículos, etc.

¿Cómo averiguar si estás bajo vigilancia? Puedes averiguar si estás bajo vigilancia observando a aquéllos que podrían estar vigilándote, y adoptando las siguientes normas (sin, evidentemente, caer en la paranoia):
Si sospechas que alguien podría estar vigilándote, deberías prestar atención a la actividad de la gente de tu zona y a los cambios en su conducta como, por ejemplo, alguien que empieza a hacer preguntas sobre tus actividades. Recuerda que pueden ser tanto hombres como mujeres, al igual que ancianos o gente muy joven. Si sospechas que te están siguiendo, podrías poner en marcha una medida de contra-vigilancia que implique a una tercera persona de confianza, desconocida para aquéllos que podrían estar vigilándote. La tercera persona podría observar, por adelantado y desde una buena distancia, los movimientos que se producen cuando llegas, te vas o te diriges a algún lugar. La persona que te esté vigilando probablemente lo realice desde un lugar desde donde te pueda localizar fácilmente, incluyendo tu casa, la oficina y los lugares donde sueles trabajar.

Por ejemplo: Antes de llegar a casa podrías pedirle a un miembro de tu familia o a un vecino de confianza que tome una posición cercana (por ej. cambiando una rueda del coche), para comprobar si alguien está a la espera de tu llegada. Podrías hacer lo mismo cuando salgas de la oficina a pie. Si utilizas un vehículo privado, deberás dejar que salga otro coche después del tuyo para darle tiempo al presunto observador a que se aproxime.
La ventaja de la contra-vigilancia es que, al menos inicialmente, la persona que te observa no es consciente de que está siendo vigilada. Por lo tanto deberías dejar claro a toda persona implicada en la contravigilancia que no es recomendable enfrentarse a la persona que te está observando. De esta forma sabrían que eres consciente de sus actividades, y esto podría desencadenar una reacción violenta. Es importante ser extremadamente precavido y mantener una distancia cuando sospeches que alguien te está vigilando. Una vez detectada la vigilancia, puedes poner en marcha la acción recomendada en este manual (véase Capítulo 9).

La mayoría de nuestros consejos sobre la contra-vigilancia hacen referencia de forma casi exclusiva a las zonas urbanas y semi-urbanas. En las zonas rurales la situación es muy diferente, porque los defensores y las comunidades que viven en estas zonas están más acostumbrados a detectar la presencia de extraños. Por lo tanto la persona que quiera vigilarte en una zona rural tendrá más dificultades para aproximarse a los habitantes - a no ser que la población local sea muy hostil a tu labor.
Nota: Existen situaciones en las que podría resultarte ventajoso relacionarte con las fuerzas de seguridad que te controlan a veces la vigilancia no es tan secreta, y se exterioriza con el objetivo de intimidar. En algunas ocasiones los defensores establecen relaciones con personas de las fuerzas de seguridad para que les avisen cuando se planee vigilarles o incluso llevar a cabo una acción contra ellos.

Cuándo comprobar si estás siendo vigilado. Es recomendable comprobar si estás sometido a vigilancia cuando tengas alguna razón para sospecharlo – por ejemplo, por incidentes de seguridad que podrían estar relacionados con la vigilancia. Si tu labor de derechos humanos conlleva un cierto riesgo, es aconsejable organizar de vez en cuando una simple acción de contra-vigilancia, por si acaso.

También debes pensar en el riesgo que representas para los demás cuando estás siendo vigilado – puede suponer un mayor riesgo para un testigo o un familiar de una víctima que visites que para ti mismo. Piensa sobre dónde sería más seguro verles. Tal vez necesites avisarles de que tus movimientos están siendo vigilados.

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